En el Palacio de Justicia de París se puede ver una inscripción que dice: “Hora fugit, stat ius” (el tiempo se escapa, el Derecho permanece). Cuando en el año 2021 pasan por allí algunos abogados no pueden evitar una sonrisa llamativamente escéptica, porque día tras día comprueban que la legislación no solo aumenta de forma apabullante, sino que a la vez se modifica con facilidad pasmosa, algo que les hace no confiarse en lo que ya saben, deteriorando algo tan esencial, como su seguridad jurídica.